Por ejemplo, el ejercicio puede fortalecer el sistema cardiovascular, disminuir la presión arterial, mejorar los niveles de grasas, colesterol y azúcar en la sangre, fortalecer los músculos, prevenir caídas y mejorar el estado de ánimo. Como resultado, las personas pueden funcionar mejor, vivir más tiempo y evitar muchos trastornos comunes. Los beneficios del ejercicio suelen superar con creces los posibles daños.
Aun así, los daños son posibles. El exceso de ejercicio con pesas o de ejercicio de resistencia puede contribuir al desgaste articular, aumentando el riesgo y la gravedad de la artrosis. Además, las personas con ciertos trastornos deben restringir su actividad física.
Antes de comenzar a practicar deportes de competición o un programa de ejercicios (véase Inicio de un programa de ejercicios), se debe consultar al médico y solicitar información a su médico, a los profesionales de los gimnasios locales y/o consultar la información publicada por fuentes acreditadas sobre practicar ejercicio físico con seguridad y elegir el ejercicio adecuado.
